
Todos tenemos el carrete del móvil lleno de fotos de nuestro peque, ¡no queremos perdernos nada! Verles crecer y contar con imágenes de esta aventura para recordar los grandes momentos vividos juntos es algo que compartimos todas las familias. Pero a veces, no es fácil, porque se mueven, se agobian…
Para ayudarnos a mejorar nuestras fotos a niños, hoy contamos con una fotógrafa maravillosa que nos da las claves para lograr las fotos más bonitas.

Patricia Semir es parte de Saro desde hace muchos años: ella es la responsable de las preciosas fotos de nuestro catálogo. Estilista y decoradora de profesión, la fotografía era para ella un hobby hasta que se convirtió en su profesión actual.
La fotografía supone para Patricia un reto fascinante, que le permite innovar y crecer de forma creativa con cada proyecto. Ha realizado editoriales para marcas referentes de moda, joyería, reportajes de boda… Y disfruta enormemente cuando se trata de trabajar con niños.
Lo más importante: ¡no te agobies!
Fotografiar niños es algo que a veces estresa mucho a la gente, pero no tendría porque ser así.
Los niños son frescos, son puros, no saben posar, son espontáneos y hay que aprovechar todas esas virtudes que tienen para inmortalizar cada momento.
No importa si ríen o lloran: las fotos siempre serán ideales.
Antes de llegar a los consejos imprescindibles para hacer una buena foto a los peques, debemos tener en cuenta aquello que debemos evitar.
Que NO debemos hacer cuando estamos fotografiando un niño.
Algo que muchas veces hacemos es pedirle que pose y mire a la cámara. Eso es lo peor que podemos hacer. Con esto, eliminamos su espontaneidad, le forzamos a una situación extraña en la que no se sienten tan cómodos y libres. Por eso es importante generar situaciones que capten su atención de forma natural, como veremos más adelante.



1. Aprender a mirar
Un primer paso fundamental para tomar una buena foto a nuestro peque: observarle y aprovechar lo que esté haciendo. Como decíamos arriba, no hay que forzar ninguna pose en el niño, sino aprovechar su espontaneidad.
2. Prepara el material y la escena
Ten lista la cámara o el móvil y mientras el peque está jugando, tantea cuál es el mejor ángulo para la foto, si queremos un encuadre horizontal o vertical, un primer plano o incluir parte del espacio, el fondo y todo lo que entre en escena… Cuando ya tengamos eso ubicado, intentaremos que el niño nos mire.
3. Despierta su interés
Evita pedirle directamente que mire a cámara y en su lugar, trata de llamar su atención con cosas que le gusten: podemos cantar, contar una historia… Utiliza algún recurso que de forma natural le lleve a subir la mirada para vernos; dispararemos la foto justo entonces y aprovecharemos el momento para sacarle alguna instantánea más.

Fotos en exteriores
- Si estamos al aire libre, la mejor manera de sacarle una foto, es incitarle a jugar: correr, saltar, coger plantas…
- Invitarle a hacer cosas que le hagan divertirse y entretenerse es fundamental para que mientras tanto, puedas sacar una foto muy natural.
Un momento para cada foto
Los peques parecen incombustibles, pero cuando llevan un buen rato jugando mucho, hay un momento en el que paran y descansan. Ese es el momento idóneo para preguntarles cosas, hacerles reír y aprovechar para tener no solo fotos en movimiento, sino también estáticas y relajadas.
El truco infalible
En definitiva, se trata de que el niño no pose como tal, sino de conseguir que sus fotos sean el resultado de momentos naturales, aunque hagamos un poquito de trampa y le dirijamos con mucha sutileza hacia donde queremos, a través de los juegos y las risas.
Su naturalidad es la mejor táctica para que las fotos sean espectaculares.